lunes, 10 de septiembre de 2012

Periodismo Científico


Se acabó el esoterismo: Ciencia para todos.
Si la ciencia no produjera el asombro en el hombre que –inevitablemente- produce no estaríamos aquí. Es el afán de superarse, de no estancarse y de seguir buscando respuestas a la vez que cada nueva interrogante tenida en cuenta abre un nuevo abanico de correlaciones con distintas áreas.
Pero ¿qué tanto sabemos de ciencia? Y después, ¿qué tanto sabemos de ciencia made-in-argentina? Desbocados muchos responderíamos tranquilos la primera pregunta. Pero 9 personas de cada 10 personas responderían que poco o nada a la segunda pregunta. Y hasta quizás saben de qué va la canción, pero no que es argentina. Dejemos acá este punto.
                Desde que aparecieron los textos de divulgación científica disfrutaron –por así decirlo- de un público muy acotado. Limitación incluso retroalimentado por la misma comunidad científica que los redactaba para sus mismos colegas, académicos, letrados, etc. La supuesta “divulgación” se limitaba a unos pocos. Pero por qué no podríamos vociferar con orgullo que el satélite SAC-D Acuarius, en este momento en orbita alrededor de la tierra, fue diseñado y ensamblado en Argentina; o que la comida congelada pasó de moda y su reemplazo, el alimento “liofilizado” promete ocupar su lugar en las mesas y viene de la mano de varios científicos argentinos. De eso se trata el periodismo científico. No es divulgar, es contar la ciencia.
                “Contar la ciencia” es el primer libro impreso con el sello de la Red Argentina de Periodismo Científico. En él, con un interesante prólogo escrito por Diego Hurtado, historiador de la ciencia e investigador del Conicet, un lector promedio sin necesidad de ser parte por hecho y derecho de ese mundo tan mágico, misterioso y reservado para unos pocos que es la ciencia –o que solía ser-, es captado inmediatamente. No puede no interesarles el libro.
                 Es una compilación de 40 artículos publicados en 2011 por periodistas científicos en distintos medios gráficos. En ellos, la pluma periodística profesional proporciona la cintura necesaria para anexar armónicamente las experiencias de laboratorios y análisis con los testimonios de sus protagonistas; para así lograr una composición legible, expositiva, con su propio ritmo y su toque literario.
                Históricamente la Argentina ha dado siempre al mundo grandes exponentes de la ciencia. Hoy en día cuenta con eximios profesionales en numerosas áreas científicas, cuyos progresos cotidianos no son promovidos ni festejados como deberían: un complejo conflicto de intereses se encarga de que así sea. Pero ya no. Este libro significa la ciencia al alcance de todos. Ver, enterarse de lo que piensan nuestros científicos, qué hacen y cómo repercute. Ahí entran los periodistas. Porque no alcanza con describir, hay que componer.
Esta publicación, más allá del éxito que pueda tener a nivel libro, es un firme primer paso para el periodismo científico. El reciente nacimiento de la Red Argentina de Periodismo Científico es la bota que no retrocede. La ciencia pertenece al hombre, a todos, y ahora, por fin, existe un paquete concreto y adaptado, un compilado exquisito, para ofrecer.
¡¡Felicitaciones!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario